A los clientes web les encantan los diseños personalizados. Y sí, algunos cambios únicos pueden convertir una plantilla prefabricada en un hermoso y original diseño, y sino ahí tienes las maravillas que se pueden hacer a partir de plantillas de Divi, por ejemplo.
Aunque no hay nada malo en personalizar la web de tus clientes, la personalización puede ir demasiado lejos.
Aceptar demasiadas peticiones puede hacer que tus proyectos se conviertan en horas extras y te vuelvan loco. Recientemente me ha tocado lidiar con algún cliente de este tipo, así que sé a lo que me refiero, seguramente tú también, y sino tarde o temprano es posible que incurras en este problema.
Si quieres evitar estos problemas, aquí tienes algunas buenas razones para limitar la cantidad de cambios que ofreces a tus clientes.
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La web que nunca termina
Todo diseñador, desarrollador o implementador ha trabajado con al menos un cliente que solicitó un sinfín de cambios en su web.
Al principio, las peticiones parecen razonables y son fáciles de implementar. Luego, las solicitudes se vuelven más complejas y a veces amenazan toda la infraestructura del sitio y hasta el sentido común.
Muchos maquetadores web permiten una amplia personalización de plantillas, portadas e incluso todo el sitio. Sin embargo, aceptar cada solicitud que recibas significa que estarás gastando un tiempo precioso en prestaciones que no necesariamente apoyan el objetivo general de tu cliente.
Si no estableces límites, acabarás cayendo en un agujero de gusano con un sinfín de peticiones. Para gestionar las solicitudes excesivas, según mi experiencia, tienes que hacer dos cosas:
- Tener un proceso de solicitudes por escrito – No dejes que los clientes te envíen sus ideas por correo electrónico a lo loco. Exígeles que pasen por un proceso de solicitud estricto. Crea un simple formulario para que los clientes lo llenen para hacer sus peticiones. Tómate unos días para revisar su solicitud y envíales una respuesta formal en el mismo formato explicando las solicitudes rechazadas.
Cuando un cliente tiene que pasar por un proceso formal para solicitar un cambio, pensará cuidadosamente en su petición. En lugar de inundar tu bandeja de entrada con correos electrónicos sin control cada vez que tengan una idea, te darán un esquema organizado de lo que quieren. - Limita el número de solicitudes individuales que tomarás en consideración – Nunca permitas que los clientes envíen solicitudes ilimitadas de cambios. Además de un proceso de solicitud formal, necesitas reglas sobre cuántas solicitudes aceptarás. Por ejemplo, puedes limitar las peticiones de revisión a 5 solicitudes formales por proyecto.
Es perfectamente aceptable dejar que los clientes hagan varias peticiones con cada solicitud formal; el objetivo es conseguir que concentren sus peticiones en un número finito de procesos formales. Acepta solicitudes adicionales según tu criterio en función del tiempo disponible y los plazos del proyecto.
Cada vez que aceptas una petición, te comprometes a ti mismo y a tu equipo a otro ciclo de pruebas, verificación y reestructuración.
El exceso de personalización resta valor al objetivo de la web
Todos los cambios que hagas tienen que servir para mejorar o fortalecer el propósito de la web. Si haces cambios que no contribuyen al propósito principal de la web, es una pérdida de dinero de los clientes y de tu tiempo.
Por supuesto, muchos clientes no saben cuando el cambio solicitado es una pérdida de dinero. Algunos clientes se aferran a ideas como usar animaciones para destacar todos los botones y casi cualquier idea loca que se les ocurra.
A menos que el único propósito del sitio web de tu cliente sea entretener a los usuarios, trata de convencerlos de las características que no sirven para nada.
El exceso de personalización da a los clientes demasiado control sobre el proyecto
Cuando dices que «sí» a cada petición que un cliente te hace, sin saberlo lo pones al mando del proyecto. Los clientes tienden a querer más control que lo que es bueno para ellos.
Cuando un cliente siente que está a cargo de todo el proyecto, es más probable que exija características que no sirvan para su proyecto y rechace los elementos de diseño que funcionen a su favor.
Es un baile extraño el que tienes que hacer con los clientes, porque no siempre saben lo que es mejor para ellos. Cuanto más control tengas sobre el proyecto, más fácil será mantenerlos alineados con sus objetivos.
Los clientes suelen confundir la personalización con la personificación
A la gente le encanta personificar todo, incluyendo sus webs. Eso está bien para un sitio personal, sin embargo, los sitios de negocios no se benefician de la personificación.
Hay una importante diferencia entre la personalización y la personificación:
- La personalización se refiere al proceso general de hacer cambios.
- La personificación se refiere a los cambios que son específicamente personales.
Es posible que algunos propietarios de empresas ni siquiera sepan que están tratando de personificar, no de personalizar, su web empresarial.
Cumplir con demasiadas solicitudes de un cliente puede animarles a ser demasiado creativos.
Por ejemplo, un cliente podría solicitar que pongas un selfie gigante en la página de inicio, o podría pedirte que cambies la combinación de colores a los colores de su equipo de fútbol favorito para así poder «mostrarles su apoyo».
Si nunca has rechazado una petición, se sentirán heridos cuando digas que «no» a este tipo de peticiones, así que aprende pronto a decir «NO».
Para cumplir con los plazos de los proyectos y obtener resultados para tus clientes, mantén las personalizaciones al mínimo.
Algún día, te agradecerán que establezcas límites.
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Qué tal, Fernando!
Muy buen post y muy necesario para el proceso de gestión de clientes, algo mucho más difícil que el proceso de diseño web.
En mi caso, el cliente tiene derecho a tres revisiones completas: dos sobre el mockup y una sobre el diseño implantado ya en WP.
En caso de que tras estas tres revisiones quiera más cambios, le ofrezco más revisiones completas, pero con coste.
Y todo esto y más, con contrato firmado
Un saludo!!!
Edu.
Muy bueno, todos nos hemos visto en esa foto, buenos consejos., saludos
Como va ? Para mi depende del cliente, si es una empresa como Coca Cola va a necesitar un diseño personalizado 100% por ejemplo.
Mientras paguen el tiempo que le dedicas para mi esta bien personalizar. Sino todas las webs son iguales, ni hablar los q usan mucho genesis, o las webs de «cursos online» q son todas iguales
Este post es una auténtica joya. Da luz a muchísimos diseñadores y puede cambiarles la forma de actuar, ahorrarles miles de horas con buenos procedimientos y en definitiva… cambiarles la vida.
Este post debe ser un punto de inflexión para muchos diseñadores y no debieran leerlo como un post más. Hay que saber distinguir la paja del trigo y este post es puro trigo.
Muy crack Fer! Ha personas que abandonan la profesión de diseñador porque no les es rentable hacer webs que nunca acaban.
Un abrazaco!
Gon
Muy buen post Fernando
Es cierto todo lo que comentas.
A todos nos ha pasado y nos sigue pasando.
Por ejemplo de 5 clientes 1 quiere personalizaciones que no tienen fin. Resulta que estas dedicando demasiado tiempo a su web y probablemente sea el que más te ha exijido descuentos a la hora de cerrar la operación.
Los otros 4 se merecen la misma atención y seguro que son mucho más flexibles y comprensibles.
No sabes ni el cómo ni el por qué estás dedicando todo tu tiempo al mismo cliente.
Tus consejos son buenos Maestro!
Un fuerte abrazo
Alberto
No estoy de acuerdo en todos los puntos. El nivel de personalizaciones depende del cliente. Hay clientes que están contentos simplemente con tener presencia en internet, pero otros clientes (empresas) lo que necesitan es una web que sea distinta y que les diferencie de la competencia online. Si además estas empresas tienen experiencia y años de presencia online, puede ocurrir que sea al revés y que te sorprendan con personalizaciones en las que ni habías pensado.
Coincido en que hay que orientar a las empresas, porque muchas no estarán al tanto de lo que funciona y lo que no, pero eso se arregla en la fase de elaboración de requisitos, que debe ser clara como bien dices. Si aún así siguen pidiendo cosas que no tienen sentido, también coincido en que hay que saber decir que no, porque casi seguro que será un cliente «envenenado»
Muy buenos consejos Fernando, gracias por compartirlos.
Wow, justo me viene como anillo al dedo este post ya que estoy pasando por esto ahora mismo, nunca había pensado en este filtro ya que todos los clientes que he tenido quedan conformes casi a la primer propuesta que les hago, pero ahora me ha tocado un cliente que se ha aferrado a cuestiones especificas que, en realidad, no son determinantes para que sea un sitio de éxito o no.
Me gustaría plantearte personalmente el punto donde estoy atorado que es un botón con elementor, por si tienes un correo donde te pueda escribir te lo agradecería ya que seguro con uno de tus códigos mágicos 🙂 tendrá una solución muy sencilla.
Ojalá puedas ayudarme y ajustarme a tus honorarios.
Un abrazo.
En mi caso, el bucle sin fin consistía en que el cliente siempre va encontrando cosas a cambiar/mejorar, básicamente porque no validó la web en su momento, y se la va mirando con el tiempo y encontrado cosillas…
Y dado que el proyecto, además de la creación de la web incluye el posicionamiento web, que se alarga meses despues de estar la web acabada y en producción, pues estamos con los «yaques».
«-Ya que me estás mejorando el SEO, ¿no te importa cambiar este color, o tamaño de fuente, o …?»
¿Cómo paro esta espiral?, pues en el contrato queda especificado que la web, una vez presentada la primera propuesta, el cliente la ha de revisar, validar y/o crear un informe que incluya todos los cambios que crea oportunos. Una vez implementados estos cambios, la web pasa a producción y tiene la oportunidad de volver crear un segundo informe que recopile otros retoques. Ese ciclo se puede repetir por tercera y última vez.
A partir de esa 3a revisión, cualquier personalización se valora, se presupuesta, se planifica y se cobra aparte.
El cliente diligente está contento, y al exasperante que abusa, se le paran los piés.
Pues sí, los contratos son nuestros mejores amigos 🙂
Seguir las ideas del cliente es importante pero ningun cliente es diseñador web, no sabe de tendencias web y si fuese a hacer él la web seria como el trabajo de un niño. Con lo sencillo que es dejar a los que saben hacer.